Postal antigua de Deià junto al mar, sobre una servilleta escrita a mano.

Muros de sal: el misterio sumergido que nadie quiere destapar

Artículo no publicado
Por Martí Serra
Verdades Incómodas

Un hallazgo casual, como siempre

Todo empezó como suelen empezar estas cosas: con una tontería. Estaba guardando los adornos del árbol de Navidad cuando me topé con un tope de papel arrugado que había servido para que un maldito colgante de madera no quedara torcido. ¿Qué hacía allí esa servilleta vieja? Ni idea. Pero al desenvolverla, me encontré con algo que, al parecer, nadie más había querido mirar.

Se trataba de un viejo archivo impreso. Una copia de seguridad. Un texto sin firmar ni fechar, escrito a máquina. No tenía membrete oficial ni encabezado. Parecía más bien el borrador de un informe que jamás debió ver la luz. En el encabezado: Proyecto Muros de sal.

¿Qué demonios es Muros de sal?

El texto hablaba de un supuesto informe técnico sobre los límites de expansión de la posidonia en ciertas calas de Deià. Hasta ahí, todo normal. Conservación, protección ambiental, bla, bla, bla. Pero al avanzar unas líneas, la cosa se torcía: se mencionaban estructuras submarinas que no aparecían en ningún mapa ni inventario arqueológico oficial, restos hundidos “de interés patrimonial” y movimientos sospechosos de embarcaciones privadas.

¿Coincidencias? Puede. Pero en este juego mío llamado Verdades Incómodas, aprendí hace tiempo que las coincidencias no suelen flotar mucho tiempo antes de hundirse en el fango.

Las preguntas incómodas (como debe ser)

¿Estamos hablando de un caso de expolio arqueológico encubierto bajo informes ecológicos? ¿Se están utilizando los protocolos de protección de la posidonia como tapadera? ¿Quién firma realmente ese informe y por qué acabó metido en una servilleta sujeta-colgantes?

De momento, no tengo respuestas. Solo tengo preguntas. Y un título: Muros de sal. Y es que nada de todo esto es lo que parece o lo que nos han hecho creer.

¿Y ahora qué?

Haré lo que siempre hago. Preguntar, investigar, molestar. Tal vez no llegue a ninguna parte. O tal vez acabe en el fondo del mar con una piedra atada a los tobillos. Ya me conoces.

Si sabes algo —cualquier cosa—, escríbeme. O mejor, no lo hagas. Puede que estés más seguro así.

Porque este asunto huele a sal, a silencio… y a peligro.

📌 ¿Quieres saber cómo sigue esta historia?
Tendrás que esperar a que haga mis averiguaciones y comience con las preguntas. Hasta entonces mantente atento.

Deja un comentario

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad